sábado, 12 de mayo de 2012

Alto de la Virgen (Guarne - Antioquia)


(Guarne –Antioquia)
Vereda: Alto de la Virgen
Entrada al Valle de San Nicolás
Luis Federico Blandón Calle un habitante de Concordia, Antioquia, fue invitado por un cuñado en repetidas ocasiones para que conociera una propiedad que había adquirido en Guarne, ante la insistencia de su pariente, el 10 de abril de 1976 en horas de la mañana llega al Alto de la Virgen, acompañado de su esposa, tres de sus hermanas y su cuñado.  Una mañana bastante fría, ya algo agotado se sentó a descansar cuando advirtió con asombro que aquel bosque verde se ponía amarillo, pensando en que aquel fenómeno se debía al cansancio se restregó los ojos dándole la espalda al bosque por algunos minutos, en un momento sintió que unas manos en su espalda lo empujaban a mirar de nuevo al bosque, estaba amarillo y con mayor asombro notó una luz intensa que caía al lado de tres arboles; se levantó y siguió caminando hacia la luz y al llegar se encontró una señora con un niño de brazos y “vaya sorpresa“ al darse cuenta que se trataba de la Santísima Virgen con el niño Jesús en su brazos como queriendo desprenderse de ella para pasarse a los brazos de él.  Se acercó a una distancia aproximada de tres metros y cayó al suelo.
“Levántate he venido a darte un mensaje, busca a un ministro de la iglesia y dile que he venido a buscar la santificación de muchos.”  
Desde ese entonces cada primer sábado de mes se realizan peregrinaciones a este sitio, ha sido mucha la curiosidad no sólo mía si no de muchas más personas que hasta el día de hoy quieren conocer y tener una experiencia en este sitio.

Temprano cuando los gallos empiezan a cantar avisan que se aproxima el momento.
Sábado 5:30 de la mañana mi cámara y yo decidimos que llegó el día y cogemos camino. 







 El aire frío de la mañana me dice que el camino será largo, pero la curiosidad de conocer me lleva a él, a medida que voy subiendo percibo el olor a humo que se escapa de un humilde rancho en la carretera.







15 años vendiendo empanadas y café caliente para un clima que lo amerita, la familia Gallego ha logrado sacar a sus 7 hijos adelante siendo la madre cabeza de hogar.
Comienzo a ver mucho turista y más puestos de algunos campesinos que en esta carretera encuentran la manera de subsistir, me asombro y hasta ni lo puedo creer, es como una plaza de mercado repartida en la carretera, es demasiada gente entre niños, jóvenes, viejos y personas enfermas que salen a vender sus productos.







Entre tanto vendedor y turista también hay personas enfermas como doña Marta Castro oriunda de San Vicente, Antioquia, sola en su vida y con una enfermedad degenerativa en su pie derecho que le impide hacer muchas cosas. Esta aquí, a un lado del camino, pero con un espíritu de vida y un color en la sonrisa que ni el más aliviado la puede llegar a obtener.







Fresco como la montaña, aunque el frío es cada vez más fuerte, dejo la carretera y tomo un camino de herradura, siento que estoy más cerca y cada vez veo muchas más personas.  “Increíble”  son aproximadamente las 7:00 de la mañana.









¡Es algo inimaginable de verdad! la energía cambia totalmente, es como si efectivamente Dios estuviera en este lugar, la sensación y las vibraciones de tanta gente se concentran en la más mágica aventura religiosa, “dicen que la fé lo puede todo y sí que lo puede” o por lo menos así lo demuestran estos campeones.










Llego a una primera cruz, entre muchas que se encuentran en este lugar, la primera que marca una de las apariciones de María Santificadora y donde comienzan tantos mensajes que hasta el día de hoy sigue dando.











Sigo subiendo y encuentro un lugar en medio de tanto bosque, una riqueza hídrica, donde los turistas y peregrinos toman, llevan y se bañan en lo que es una fuente de agua bendita.











8:30 de la mañana la niebla sigue subiendo ¡pero yo no me quedo atrás!







Ya casi en la cima me encuentro a don José Ríos, oriundo de Sonsón y residente en Guarne, me cuenta que lleva aproximadamente 20 años viniendo a este lugar, él dice que lo hace por gusto y por una promesa que le hizo a la santificadora como él la llama, y también por salud.







La devoción puede con todo y no hay frío que valga, ni edad, ni límite para hacerlo.  Los deseos, sueños y necesidades de muchos que entre barro, piedras, mangas, caídas que no faltan y una majestuosidad de colores que vamos viendo mientras la neblina pasa, encontramos  los más allegados y creyentes con la mirada en alto y el espíritu más puro que nunca.








“Andrés” me contó que desde pequeño viene, “como si ya fuera muy grande”, a pie logra llegar cada primer sábado de mes a este lugar, siempre vestido de blanco, el orar para este niño de aproximadamente 5 años es una pasión, un juego de sonrisas y aventuras, extraño para muchos de esta edad que sólo piensan en internet, video juegos y celulares.






Logro llegar al sitio donde María Santificadora se le aparece por primera vez a Luis Federico.
Cuentan  las hermanas de la comunidad que varias veces hacen presencia unas mariposas de diversos colores, que no todo el mundo las puede ver y salen en días soleados. Pero a esta hora 10:40 de la mañana aún “don Jaramillo” no ha querido salir y por lo que veo se demora.











Aquí no se escapa nadie de subir, hasta los deportistas quieren conocer, sentir y disfrutar de este hermoso lugar, que viéndolo bien, con esta bruma intensa nos hace sentir como si estuviéramos en el cielo. 










He aquí el primer santuario humilde y con la más alta devoción en el Oriente Antioqueño. Un lugar donde todo es tranquilo, se siente la presencia de María Santificadora, realmente lo siento y al orar se torna más agradable y espiritual que otros lugares.
Personas de todas partes llegan hasta la cima del Alto de la Virgen.












“Una verdadera experiencia vivida y un recorrido por lo que es la entrada al Valle de San Nicolás”.
Aproximadamente entre 500 y 700 personas en esta mañana visitaron el Alto de la Virgen, sin medir cuantas en el transcurrir del día, realmente sin palabras.
Nunca imagine que tantas personas de distintos lugares visitaran esta paradisíaca zona y quedaran tan asombradas como yo.  Aunque el sol no dejó ver su rostro, no me quedé con las ganas de esta panorámica del Valle de San Nicolás.